Aquí volvemos a estar, un día más, para seguir repasando nuestras desventuras por la Vecchia Italia y de paso entretener a la parroquia. Hoy estoy aún más cansado que ayer, y vengo de tomar birras con tres hombretones, así que tengo aún menos energías para escribir que ayer. En fin, antes de nada un bonito off-topic:
Nos pidieron hacerse una foto con nosotros,y no pudimos negarnos¿Los reconocéis? Cano especialmente sentirá envidia de nosotros (juasjuasjuas), y algunos no sabréis quienes son. Son Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes, los dos cracks de
La Hora Chanante. Es un momento largamente soñado por nosotros, y que increíblemente se ha hecho realidad.
Debo añadir también, antes de seguir con el resumen, un par de datos que Adri muy bien me ha recordado.
Primero, el viernes estábamos en el Glamour, birra en mano, sentados y hablando, y de repente empezó a sonar
You're the first, the last, my everything de Barry White. Como si alguien hubiera pulsado un botón, y sin mediar palabra, nos levantamos de un salto, de uno en uno, y salimos bailando para formar un círculo perfectamente coreografiado. Así contado puede no impresionar, pero fue inolvidable.
Y segundo, esto ya lo sabéis, el sábado al volver de fiesta Adri se preparó varios cubatas más. Ante nuestras preguntas acerca del motivo, soltó el ya famoso argumento irrebatible: "es que quiero seguir bebiendo". Contra eso no pudimos luchar, ergo Adri se fue a la cama en un estado etílico avanzado.
DOMINGO, 19 DE MARZOAhora sí que entramos al trapo. Pasó el sábado, llegó el domingo. Os aviso que a continuación veréis algunas de las imagenes más desfasadas de la historia de la humanidad. Vais a entender lo que significa realmente pasárselo de puta madre. Sin más preámbulo, que empiece el festivalaco:
"¿¿Qué pasa con la gente de la puerta que no desfasa??"
Nos levantamos a la hora de comer, y fuimos directos a nuestro rellano. Visto el excedente de energías que teníamos, decidimos gastarlas en algo, y fuimos a dar una vuelta por el pueblo y comer un helado. Eso sí, varias horas después de comer (en el tiempo intermedio nos vimos obligados a apalancarnos un rato más).
Quizá no se note en nuestras expresiones, pero
el helado italiano es una de las mejores cosas del mundoLuego dimos vueltas, disfrutando del Urbino nocturno (en el que se pasa un frío notorio). Ahora estaréis pensando que después de tanto desfase nos debimos ir a dormir de cabeza... ¡pues no!
Por supuesto, para mantener este ritmo habíamos
tirado previamente del ya conocido ColaCaoEl desmadre y el cachondeo siguieron en la habitación, como podéis ver perfectamente. Aquello parecía una de esas macroraves que duran tres días. Nos apalancamos enormemente y vimos Closer (para flipar un rato con sus diálogos y el grandioso personaje del señor Owen). Por cierto, como se observa en la foto los colchones inflables estaban entre las dos camas, así que Adri y yo desarrollamos un juego en el que él intentaba tirarse encima de mí y yo lo tenía que impedir. Ya se está considerando convertirlo en deporte olímpico.
LUNES, 20 DE MARZOAl día siguiente tomamos un bus y dos trenes (creo) destino Florencia. De nuevo disfrutamos de la excelente organización y condiciones del transporte italiano.
Enrique, el periódico se lee mirando
hacia abajo... Todos se llevan la mano al bolsillo para comprobar lo que ya saben:
tienen los cojones hinchados como cocos de tanto esperar. Portada del CD del nuevo artista revelación gafapastil:
"Poetry of the loss", de Adrien Waits. "Tanto la quería que tardé en aprender
a olvidarla..." Cano+Verdana, love foreverRealmente es necesario poner tantas fotos del trayecto en sí para que comprendáis lo desesperante que es. Un tren tardó más de dos horas en hacer menos de 100 km. Se podían contar las piedras de la vía si mirabas por la ventana (incluso volviendo a empezar si te perdías).
Finalmente conseguimos llegar a Florencia, y fuimos al albergue que habíamos reservado por Internet. Para nuestra sorpresa y descojone resulta ser un albergue religioso, con vidrieras de santos, papas y demás categorías de las huestes sacras por todas partes. En recepción un visible cartel indicaba las iglesias cercanas con sus horarios de misa y todo. No lo he dicho antes, pero Italia es 10 veces más religiosa que España. Allí incluso los jóvenes son muy creyentes por norma general, y cagarse en Dios es lo peor que se puede hacer.
En fin, que llegamos al albergue y practicamos una de nuestras aficiones favoritas:
Italia horizontal, o la ruta del apalanqueLuego salimos a ver la ciudad (que, por cierto, tiene un ambiente único, mágico, genial). En todos los lugares turísticos había que pagar cantidades desmesuradas, y como ya lo habíamos visto años antes (viaje de fin de curso del insti) y sudábamos bastante de ver muñecajos y piedras no vimos ninguno. Nuestros güevos.
Destaca la catedral de Santa Maria dil Fiore, que está incrustada en medio de la ciudad, asfixiada entre edificios, sin una puta plaza decente desde la que observarla, pero es arquitectónicamente hipnótica. De esos edificios que si fueran mujeres te los follarías (u hombres, según el caso). Al Cano le gustó especialmente (se emocionó sobremanera).
Fijaos bien... por supuesto, ¡tenía andamios!
¿Cómo iban a faltar? La viva imagen de la felicidadDurante todo el viaje Adri había reforzado una vendetta particular que tiene contra las palomas, y ésta llegó a su apogeo en un estallido de palomas al vuelo que, por suerte, pude fotografiar:
Primera imagen del remake de "Los pájaros"A media tarde la ciudad ya estaba vista y repasada, así que nos metimos en un museo, este sí, harto interesante y típicamente florentino:
EL MUSEO DE LOS SERIAL KILLERS No hay guía turística de Florencia
en la que no salga este museoEra un museo pequeñito, caro de cojones (como todo en ese país...), pero debido a que la visita era con cascos y aún no tenían la grabación en español nos cobraron media entrada. Así que nos tragamos el museo mirando carteles en italiano, sin escuchar las explicaciones que acompañaban a objetos, figuras y videos, pero al menos pudimos disfrutar de los muñecos, que es lo importante.
"Con esta cara de buen pavo qué coño
va a haber matado este a nadie", Adri dixit Ed Gein, el bricomanía del gore.
Apañao era un rato...Después fuimos a cumplir otro de nuestros objetivos del viaje: conseguir una bandera italiana (costumbre iniciada en Londres). Al final encontramos una que tenía más o menos el tamaño que buscábamos. Ahora, vista al lado de la inglesa, sirve de perfecta metáfora de ambos países: la italiana está mal proporcionada, es de un material penoso y costó tres veces más que la del imperio matriarcal.
Una foto de nada en concreto, pero mola.
Lo siguiente que hicimos fue visitar el famoso Ponte Vecchio, un puente que si se hundiera se perdería la mitad del oro y las joyas del mundo. Es toda una calle con edificios a ambos lados (es un puente curioso, la verdad), y TODO son joyerías de alto nivel. De las que te cobran por mirar el escaparate. Además había varios grupos de decenas de candados colgados por allí, cosa que hubiera alegrado a Cosa (mal chiste, perdón), que tendría para chupar un buen rato.
Verídico: en ese justo momento Cano
gritaba "¡jodeeeeer!" a lo Alegría.
Y ya está, después de eso nos fuimos a cenar comida típica italiana (kebabs), Adri fue a conectarse un rato y nosotros nos quedamos sobados como cabronazos. Nos dimos cuenta de que habíamos visto todo lo que queríamos ver de la Firenze, así que improvisamos un nuevo plan para el día siguiente...
¿Cuál será este plan? ¿Qué temibles peligros esperan a nuestros valientes héroes? ¿Seguirá adelante el romance Cano-Verdana (austriaca)? Todo esto y mucho más (mentira) mañana, a la misma hora, en el mismo canal. ¡No se lo pierdan, amigos!