Post deuda #4: Italia, parte 4
Anteriormente en Italia...
...drogas...
..mariconeo...
...culos...
...guarrísimas...
...festivalacos...
...melancolía...
...típicas imágenes florentinas...
...y así llegamos al:
DÍA 5
MARTES, 22 DE MARZO
Como ya dije en el anterior post, nuestra visita a Florencia se había resuelto en un tercio del tiempo que habíamos preparado para ella. Así que, no cortos pero sí perezosísimos, decidimos volver a hacer uso de Trenitalia (no incluiré más quejas por ahora) y nos dirigimos a Siena.
Aquí nos dedicamos a visitar
tiendas de videojuegos
Para que os hagáis una idea, a Siena la llaman la pequeña Florencia, así que si Florencia nos la vimos en un tiempo record, Siena la teníamos aburrida para la hora de comer. Básicamente la visita consiste en pasear por las calles del casco antiguo hasta que consigues llegar a la plaza del Duomo, una plaza enorme y bastante genial. Una vez allí te angustias buscando mil maneras de conseguir que toda la plaza entre en una sola foto, y tras recorrerte todos los ángulos y probar desde todas las escaleras, decides cagarte en todo y rendirte
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que
conseguir hacerle una foto a la plaza entera...
Como el sitio nos gustó mucho, decidimos pasear más. Había otra cosa por ver (sudé un poco del nombre, llámalo Edificio Destacado nº X), que presentaba el siguiente aspecto:
Nunca nadie había conseguido provocar tan bien
indignación y descojone a la vez
Lo cual representa la muestra perfecta (junto a un edificio rodeado en su totalidad de andamios, que no conseguí fotografiar) de que Italia es el país de la obra interminable; todo él es una obra en sí. Frustrados, emprendemos el camino de vuelta a la estación: nuestro siguiente destino es Pisa. Nos guía la persona con más orientación del mundo, Enrique Canovaca, que sin apenas esfuerzo consigue situarnos a 3 kilómetros de la estación de tren. Así que nos vemos obligados a comer allí.
Cano hace amigos
Después de la comida más lujosa que tuvimos en toda la semana, nos vamos (ahora sí) a Pisa. El estado de salud general en el viaje era bastante pésimo: antes de ir, Jose y yo habíamos estado chungotes, Jose seguía mal, Adri había caído enfermo también... Así que en el primer bar que pillamos se metieron dos lingotazos de Frenadol, previa petición de sendos vasos de agua a la camarera.
Esto apoya mi teoría de que debería haber
...drogas...
..mariconeo...
...culos...
...guarrísimas...
...festivalacos...
...melancolía...
...típicas imágenes florentinas...
...y así llegamos al:
DÍA 5
MARTES, 22 DE MARZO
Como ya dije en el anterior post, nuestra visita a Florencia se había resuelto en un tercio del tiempo que habíamos preparado para ella. Así que, no cortos pero sí perezosísimos, decidimos volver a hacer uso de Trenitalia (no incluiré más quejas por ahora) y nos dirigimos a Siena.
Aquí nos dedicamos a visitar
tiendas de videojuegos
Para que os hagáis una idea, a Siena la llaman la pequeña Florencia, así que si Florencia nos la vimos en un tiempo record, Siena la teníamos aburrida para la hora de comer. Básicamente la visita consiste en pasear por las calles del casco antiguo hasta que consigues llegar a la plaza del Duomo, una plaza enorme y bastante genial. Una vez allí te angustias buscando mil maneras de conseguir que toda la plaza entre en una sola foto, y tras recorrerte todos los ángulos y probar desde todas las escaleras, decides cagarte en todo y rendirte
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que
conseguir hacerle una foto a la plaza entera...
Como el sitio nos gustó mucho, decidimos pasear más. Había otra cosa por ver (sudé un poco del nombre, llámalo Edificio Destacado nº X), que presentaba el siguiente aspecto:
Nunca nadie había conseguido provocar tan bien
indignación y descojone a la vez
Lo cual representa la muestra perfecta (junto a un edificio rodeado en su totalidad de andamios, que no conseguí fotografiar) de que Italia es el país de la obra interminable; todo él es una obra en sí. Frustrados, emprendemos el camino de vuelta a la estación: nuestro siguiente destino es Pisa. Nos guía la persona con más orientación del mundo, Enrique Canovaca, que sin apenas esfuerzo consigue situarnos a 3 kilómetros de la estación de tren. Así que nos vemos obligados a comer allí.
Cano hace amigos
Después de la comida más lujosa que tuvimos en toda la semana, nos vamos (ahora sí) a Pisa. El estado de salud general en el viaje era bastante pésimo: antes de ir, Jose y yo habíamos estado chungotes, Jose seguía mal, Adri había caído enfermo también... Así que en el primer bar que pillamos se metieron dos lingotazos de Frenadol, previa petición de sendos vasos de agua a la camarera.
Esto apoya mi teoría de que debería haber
una barra para medicamentos en bares y discotecas
Lo jocoso de la anécdote, aparte del hecho de tomarse un par de frenadoles en un bar, es que Cano vio una cestita con patatas, y se lanzó ávidamente sobre ellas. Cuando fue recriminado por su actuación, dijo: "ah, no sé, pensaba que eran para nosotros, como en muchos bares te ponen cosas para picar con la bebida...". Las patatas, por cierto, pertenecían a los negrísimos que aparecen de fondo en la foto (impresionante el traje con manchas verdes y rosas).
Lo primero que debe decirse de Pisa es que es una puta mierda. La estación está en una punta y la plaza de la torre en otra; en medio, sólo sosería. Lo único a destacar fue una calle llena de palomas muertas (la visión del Paraíso del Adri) y una iglesia construida ¡en medio de la acera!
No lo pudimos comprobar, pero seguramente
también habían iglesias en el fondo del río
Tras superar la dura prueba de cruzar una ciudad tan sosa, llegamos a la zona donde está todo: el Batisterio, otro edificio de esos a destacar (iglesia y/o derivado) y la famosa torre. Una vez fuimos informados de que subir a dicha torre costaba unos 16 o 18€ (no recuerdo, pero mucho), pasamos directamente a la parte por la que todo turista viaja a Pisa:
De regalo, el making of de la última
Después de esta serie de divertidísimas, pioneras y originales fotos ya no quedaba más por hacer, así que tocaba, otra vez, atravesar la interesantísima ciudad.
Lo jocoso de la anécdote, aparte del hecho de tomarse un par de frenadoles en un bar, es que Cano vio una cestita con patatas, y se lanzó ávidamente sobre ellas. Cuando fue recriminado por su actuación, dijo: "ah, no sé, pensaba que eran para nosotros, como en muchos bares te ponen cosas para picar con la bebida...". Las patatas, por cierto, pertenecían a los negrísimos que aparecen de fondo en la foto (impresionante el traje con manchas verdes y rosas).
Lo primero que debe decirse de Pisa es que es una puta mierda. La estación está en una punta y la plaza de la torre en otra; en medio, sólo sosería. Lo único a destacar fue una calle llena de palomas muertas (la visión del Paraíso del Adri) y una iglesia construida ¡en medio de la acera!
No lo pudimos comprobar, pero seguramente
también habían iglesias en el fondo del río
Tras superar la dura prueba de cruzar una ciudad tan sosa, llegamos a la zona donde está todo: el Batisterio, otro edificio de esos a destacar (iglesia y/o derivado) y la famosa torre. Una vez fuimos informados de que subir a dicha torre costaba unos 16 o 18€ (no recuerdo, pero mucho), pasamos directamente a la parte por la que todo turista viaja a Pisa:
De regalo, el making of de la última
Después de esta serie de divertidísimas, pioneras y originales fotos ya no quedaba más por hacer, así que tocaba, otra vez, atravesar la interesantísima ciudad.
Llegamos a una de las partes más importantes de todo el viaje a Italia. Situémosnos. Estamos en un vagón de un tren de una calidad media-baja, acompañados de un borracho que no se despertaría ni que le golpearan en los genitales (a lo video que puso el Aranda), y una italiana que hablaba por el móvil. A esto que surge la idea de que Cano se suba a la estantería para maletas que hay por encima de los asientos y repte. Al principio se niega, pero esto solo consigue provocar una lluvia de argumentos como nunca se ha visto antes. Que si esto se hace rápido y es genial, que si el reptaje está agonizando y tienes que acabarlo con una explosión, no como el Rammstein que lo estiraste y murió en sus niveles más bajos, que si esto supone tu madurez como artista... Si alguien hubiera puesto tanto empeño en convencer a Hitler de que no mata judíos, los campos de concentración hubieran sido casas de colonias. Total, que Cano empieza a animarse, y en un momento en que la italiana sale del vagón, Cano salta del asiento, se encarama a la estantería, Jose y Adri vigilan las entradas, y yo preparo la cámara. Resultado:
La cumbre de una carrera
Yo estuve allí
Al final la italiana estaba justo al lado de la puerta, y la pobre mujer debió flipar mucho con la escena. Lo celebramos con descojones largos e intensos, y discusiones sobre lo que acababamos de presenciar, así como búsquedas de nuevas vías artísticas. Llegamos a la conclusión de que Cano debía encontrar una tercera forma artística, y que esta sería su madurez como creador. La palabra clave que sugerí yo: desnudez. Prometió que la primera puesta en escena, una vez hallada la fórmula, sería delante mío. Así que aún no duermo por las noches por la tensión...
De vuelta en Florencia, Adri insistió en buscar un sitio donde ver el partido del Barça. Acabamos yendo a parar a un pub irlandés (genialísimo) en el que veían un partido inglés. Adri empezó a insistir (= tocar los cojones) para que pusieran el Barça. Tras varios improperios en español, a cada cual más fuerte, el camarero ("el mierda este") vino y le dijo, en un perfecto uso de la lengua cervantina: "¿A ver, dónde estamos?" Más tarde hablé con él, y ya hicimos coña, Adri se hizo coleguilla suyo incluso... pero las ganas de reestructurarle la cara a ostias que tenía el camarero al principio no las niega nadie.
Qué pintas...
Después de todo resultó que el partido lo pasaban en diferido, en la misma cadena que el inglés y al acabar éste, así que nos quedamos a verlo. Allí, entre pinta y pinta, se me pide que hable de algo, a modo de chascarrillo se sugiere "física cuántica" como tema, y acaba derivando en un debate/duelo/coloquio amistoso de tono moral y metafísico sobre el tiempo ("cómo jode el cabronazo", que dice Clive Owen en Closer) entre Adri y yo. Tras mucho hablar llegamos a la conclusión que defendíamos la misma postura, y como ya no había enfrentamiento la diversión se acaba, así como el partido.
Después de todo resultó que el partido lo pasaban en diferido, en la misma cadena que el inglés y al acabar éste, así que nos quedamos a verlo. Allí, entre pinta y pinta, se me pide que hable de algo, a modo de chascarrillo se sugiere "física cuántica" como tema, y acaba derivando en un debate/duelo/coloquio amistoso de tono moral y metafísico sobre el tiempo ("cómo jode el cabronazo", que dice Clive Owen en Closer) entre Adri y yo. Tras mucho hablar llegamos a la conclusión que defendíamos la misma postura, y como ya no había enfrentamiento la diversión se acaba, así como el partido.
Nuestro día termina en pijama, apalancaos en el comedor del albergue, viendo la tele italiana. Ante nuestros ojos desfilan gran cantidad de tetas, una presentadora en pelotas saltando encima de una cama con otra señora a cámara rápida, presentadores viejos, y mucho tono casposo de los mejores tiempos de Tele 5.
Viendo tetas en un albergue religioso,
el resumen perfecto de la cultura italiana
En el próximo capítulo volvemos por fin a Urbino, y conoceréis el desenlace de esta emocionante (mentira) aventura, esta macrosaga épica que deja en ridículo al Señor de los Anillos. Cuidénse, y mastúrbense lo justo.
posted by V the Wanderer at
11:49 PM
5 Comments:
me complace ser la primera en comentar tu escrito. Muchas gracias, hoy no solamente nos has vuelto a deleitar y perplejar narrando tales momentos, sino que al menos a mi, me has dejado con la tension por las nubes creandome esas expectativas...Quiere decir que veremos a cano banandose desnudo en la terraza de pacha?
¡Muchas gracias! Chus, espero que sí, que podamos ver algo así algún día... (esta noche nos vemos, woowooowooooo).
Edgar, no recorrió demasiado, la verdad, pero cada milímetro que recorrió fue enorme.
No te preocupes que aún quedan muchas deudas por cumplir en forma de post, así que seguiré bastante... Aunque si quieres, cuando acabe yo mismo te doy muerte eh.
Cano, es verdad, me he dejado lo del borracho. Fue la ostia, gritandole: "¡Amico, questa se la ultima fermata!" Y el pavo se movió ligeramente, pero nada. Creo que sí que hay foto, luego la cuelgo.
También propusimos quedarnos con el número de vagón para comprarlo cuando seamos mayores, de recuerdo. Molaría reunirnos todos a tomar algo en nuestro propio vagón de tren.
Por cierto, vengo de las prácticas ¡y me voy a quedar allí en verano! He estado con el jefe en un bar durante un montón de rato, hablando de todo esto, y me ha ofrecido, para dentro de nada, un puesto de responsabilidad, de los de tomar decisiones. ¡Bombazo matutino!
Bueno, otro ratito bueno, muy bueno, de esos en que me gusta leer, pero sólo porque hay fotos, por eos me gustan los libros de Teo, porque aunque tienen mucho texto, tienen dibujitos pa no tener que ir esforzandote ejercitando la imaginación ni pollas de esas. (frase más larga del mes, núm. 1).
Genialidades:
1.- Las tiendas de videojuegos de el país de mierda ese.
2.- Lo primero que debe decirse de Pisa es que es una puta mierda.. Pues claro que sí, eso es tener huevos "he ido a un sitio q era una puta mierda". Eso es de hombre de mundo,muy bien usado.
Los negracos estos le tendrian que haber desrizado el pelo al Cano. GULAS!!!
las fotos son geniales chachos! no me he fijao muy bien, pero tendría q haber alguna empujándola como para tirarla, q creo que fuisteis super desaboríos haciéndolas todas como todo el mundo. excepto la del adri jaja.
por cierto, si miras la torre desde el otro lado (90º), no debe parecer q esté inclinada, no?
Cómo estaba la italiana que hablaba por teléfono mientras cano hacía el ridículo una vez más creyéndose estrella de circo?
foto de borracho YA!
Gonzo, acabo de entrar pensando: "ojala Gonzo haya puesto una de sus respuestas larguísimas..." Qué alegría me has dado, chacho.
Sí que hay un ángulo desde el que se ve totalmente recta, entonces ya pierde el único encanto que tiene (que vaya encanto más cutre, ya puestos...). Lo de intentar tirarla creo que lo probamos, pero técnicamente era difícil. Así como otras polladas más originales.
¡Tranquilos que veréis al borracho! Ya tengo localizada la foto
menos mal que alguien se digna a mantener vivo este blog. el día que quedemos que conste que debemos pasar todos por la piedra, eh? para darte placer...
qué raro lo de la plaza del duomo... en milán la plaza central también es la plaza del duomo... será que todas las plazas centrales de italia se llamán así??
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